Abstract

Se llama María N., tiene 83 años, vive sola, nunca se casó. Su único familiar vivo reside en una lejana ciudad. Hace dos años tuvo un ictus. Le ocasiona inestabilidad crónica. Sobrevive porque una vecina la cuida, le hace la compra y la limpieza, y frecuentemente le hace compañía y la invita a comer. Reingresa ahora por otra caída

© 2014 Galicia Clínica.

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